En cada pedazo de papel he ido apuntando un plan pendiente para llevarlo a cabo cuando terminase la cuarentena. En estos diez papeles de aquí están los cafés y comidas con distintos amigos. En esta hilera, las fiestas familiares que quedaron postpuestas. Si al menos fueran de la misma rama de la familia podría juntarlos a todos, pero no tengo esa suerte. Esta otra fila corresponde a las escapadas, incluyendo la visita al pueblo de mi amiga de la universidad, cuya amistad recuperé un día de bajón. Hay notas que no dejan lugar a dudas — peluquería, fisio — y otras que garabateé tan deprisa que no soy capaz de descifrar.
Calculo que, para final de año, me habré puesto al día.
Echo de menos la cuarentena.