Ya ha pasado el peligro. No va a volver a ocurrir. Esa amenaza es solo un truco para tenernos controlados. Esto ha sido un mal sueño, pero ya pasó. Estoy harta de lavarme las manos. Me las he lavado más en los últimos tres meses que en toda mi vida. ¿Y qué me dices de la mascarilla? Madre del amor hermoso, mascarilla con este calor, me mareo solo de pensarlo. A mí nadie me amarga así. Es momento de estar con los amigos, de disfrutar de la fiesta y de beber todo lo que no he bebido estos días. Estoy feliz. Me siento como esos cervatillos que saltan alegres por el bosque de un lado a otro. No hay nada que temer.