Pensaba que las redes sociales no me podían dar, a estas alturas, ningún susto. Cuando creía que todas las fotos que había publicado en algún momento, aquellas en las que estaba etiquetada e, incluso, todos los amigos que tenía en Facebook estaban bajo control, ha aparecido un factor inesperado.
Mi tía.
Mi tía ha decidido aprender informática y hacerse Facebook. Todo en uno. Aún recuerdo el día que mi padre me dijo, todo ufano, que le había ayudado a abrirse un perfil. ¿Te das cuenta de lo que has hecho? Le dijimos. Él sonrió, confiado. Sólo le he agregado a tus primos, respondió.
No habían pasado ni 24 horas cuando recibí la temida petición de amistad. Mi tía aprendió a usar Facebook en tiempo récord, y desde entonces no ha dejado pasar un solo día sin dar señales de vida. Le gusta Ibercaja, el Corte Inglés y una página de muñecas que no querríais tener en casa una noche de tormenta en la que se saltasen los plomos. Ha hecho sus pinitos con el Candy Crush y ha visto hasta mis fotos más remotas. Con mi otra tía mantiene diálogos de muro a muro que son, cuando menos, inquietantes. El último, esta misma tarde: «Nose si lo hago bien pero hos mando un abrazo a todos ya empieza a refrescar y en cima con el agua que bebo». ¿Qué significa esta frase? ¿Una amenaza, una insinuación? Mientras tanto, mi tío le anima en su propio muro «Qué perfil más guay» le dice. Ahí, incitando.
Desde entonces, vivo con miedo a abrir el Facebook. De momento, viene en son de paz. «Que te quiero mucho» ha escrito en mi muro. Así, a bocajarro. Y yo, que no estoy preparada para esas muestras de amor familiar, le he respondido como he podido (sonrisa beso) y, con alevosía y traición, he ocultado el mensaje. Ahora me pregunto cuánto tardará en descubrirlo.
Jajjajaja qué grande!! Qué gusto da empezar un viernes con unas buenas risas. Fan nº1 de tí y de tu tia! Mi tía de Mexico va por ese camino. Cuelga pantallazos con contraseñas y frases como «quiero escuchar jota aragonesa». Ole!! Tias 2.0!
Vivan las tías 2.0!! 🙂